sábado, 27 de septiembre de 2008

CSI: LOS PINOS


La Familia Michoacana tenía la razón. Después de sesudos y precisos peritajes de la PGR, una denuncia anónima reveló que fueron Los Zetas los autores del atentado en Morelia la noche del pasado 15 de septiembre. La Familia lo había anunciado en los días posteriores: los que atentan contra la paz michoacana son Los Zetas; y en una esquina de las mantas colocadas con toda paciencia en una ciudad militarmente sitiada aparecía la paloma de la paz.

Siguiendo su propia técnica, quizá importada del programa de televisión CSI (Criminal Scene Investigation), la PGR ha confirmado lo dicho por La Familia, que según 21 dictámenes periciales en ingeniería, arquitectura, dactiloscopia, balística, incendios, explosiones y criminalística, planimetría y de mecánica de lesiones, reconstrucción de hechos, retratos hablados y demás investigaciones criminalísticas, luego de una denuncia anónima se detuvo a tres supuestos miembros del grupo de sicarios conocido como Los Zetas y como caídos del cielo Juan Carlos Castro Galeana y Julio César Mondragón Mendoza, reconocieron haber arrojado, cada uno, una granada de fragmentación contra la multitud que observaba la ceremonia del Grito de Independencia. Tanta ciencia aplicada para resolverlo todo de un pitazo.

¿Quién les va a creer a estos sinvergüenzas, si el trabajo hecho por García Luna y su compinche Medina Mora ha sido el de empañar todo conocimiento sobre ésta y todas las investigaciones en curso? Si la Comandante Lore, participante en el secuestro de Fernando Martí, era asistente personal del subsecretario de Seguridad Pública y si el asesino de Ramos Millán, alto responsable de la seguridad pública muerto en su casa en mayo pasado, fue contratado como policía por el propio García Luna, y si se ha ocultado al pueblo y a los legisladores los verdaderos cargos de otros policías asesinados, según lo informa el Reporte Índigo de esta semana. Nadie.

Por lo pronto hay varios asuntos por lo que no es creíble este show montado por la PGR:

1. Las autoridades de Michoacán no fueron informadas de la detención de los presuntos responsables. Falta grave al llamado plañidero de El Presidente sobre la unidad monolítica frente al crimen, que permite a la PGR y a la SSP la exclusividad de la nota.

2. Los detenidos lo fueron por una llamada anónima, lo que invalida la cantidad de experimentos y análisis y comparación de ADN y huellas dactilares que presume haber realizado la PGR y su CSI.

3. Hace tres días fueron detenidos en Apatzingán los presuntos terroristas y ayer ya habían confesado todo, con un cinismo y lucidez propia de un casting de telenovela:
“–¿Sabe lo que ocasionó arrojar la granada? (pregunta a Castro Galeana)
–Sí. Muchas muertes, señor, y una catástrofe gigante de una magnitud que es irreparable.
–¿Se acercó a ver qué había hecho? ¿Cuál había sido el resultado de la explosión?
–No, yo estaba hecho una bola de nervios. Para nada, no me acerqué.”

En tanto, César Mondragón se comió un hot dog y una hamburguesa (terrorista de buen diente y mejores nervios que su acompañante) antes del atentado y confesó:
“–¿De qué forma avientas la granada?
–Por abajo, la tiro rodando.”
Todos supimos, al menos todos los que leímos las primeras declaraciones de testigos, que la granada que explotó frente al balcón donde Godoy daba el Grito golpeó la cabeza de una persona antes de tocar el suelo, o sea no hubo manera de que llegara rodando. La persona golpeada es de una familia de Querétaro que estaba de visita en Morelia. Muy a modo. La otra granada golpeó el techo de una patrulla, o sea que tampoco rodó.

4. Castro Galeana declaró que “quienes los enviaron le habían dicho que la aventara donde no hubiera gente pero –dijo el presunto homicida–, ‘eso es difícil, porque dondequiera había gente”, pero la PGR sostiene que “solamente fueron contratados para realizar esos actos el 15 de septiembre”. ¿Son “contratados” o “enviados”? ¿Son miembros de Los Zetas o nomás son asalariados de la organización?

Los mexicanos no tenemos estómago para seguir consecuentando la conducta criminal de quienes debían proteger a los ciudadanos. O El Presidente no sabe o incurre en perjurio al mantener en su cargo a Genaro García Luna, delincuente a sueldo de no sabemos cuántas flores, y si lo sabe es traición a la patria. Lo que sí está a la vista es que El Presidente sí está permitiendo que el gasolinero JC Mouriño siga al frente de la seguridad interna del país.

Basta de engaños.

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