martes, 2 de septiembre de 2008

MALAS NOTICIAS


Los demonios andan bravos. Alguien soltó los perros y no se halla quien los amarre de nuevo. Estamos viviendo en el país de nadie, ni de los dueños del dinero, ni de los despojados de él. Cada chango anda en el mecate del otro y el que llegue al último es vieja.

La publicitada y televisada megamarcha del pasado sábado 30 no resultó como sus organizadores esperaban, a modo. A modo de un reclamo tímido (con velitas, altares y vestiditos blancos) a un gobierno que no puede más con la terrible violencia e inseguridad que vivimos. Fue una marcha de violencia contra violencia, las mantas y los blancos globitos pidiendo pena de muerte a secuestradores, los secuestradores operando ganancias en plena marcha, y el coro de si-no-pueden-que-renuncien haciendo eco sólo en los muros y el pavimento. “Que los cuelguen de los huevos”, “Que nos defiendan las putas porque sus hijos no pueden”, fueron algunas de las civilizadas consignas de ese grupito que imaginó iluminar México. Acudieron al llamado cívico unas 200 mil personas, un millón menos que en 2004. Será el miedo. Serán los decapitados.

Pareciera pasado lejano las denuncias contra JC Mouriño y sus negocios familiares administrados desde el poder. La reforma petrolera calderonista, la toma de tribuna en el Congreso, los debates que hicieron talco los argumentos oficiales y las adelitas de López Obrador serían historia de no ser porque acaba de abrirse una nueva temporada de trabajo en las cámaras. Y lo serán si, como se dice, Felipe decide retirar su iniciativa ante las veleidades del apoyo del PRI y de su recién acuñada socialdemocracia.

La comisión de mediación entre el EPR y el gobierno federal cesó sus trabajos ante la indiferencia oficial y las obstrucciones judiciales a documentos e información solicitada por los ciudadanos notables que la integraban. A cambio, el ERPI se presentó en Guerrero al sonoro rugir de sus rifles. Y Atenco sigue sufriendo la venganza foxista, hace días le cargaron más años a la condena que purga el líder comunitario Ignacio Valle. Más maiz al saco.

No pocas voces hablan ya de la posibilidad de que a Calderón le sea revocado el cargo por incapacidad, asunto previsto en la Constitución, desde luego. El rumor es más eficaz que los spots.

La economía sigue su marcha al despeñadero, muy de la mano con el estancamiento de los gringos. La inflación, ese impuesto devastador que padecen más los que menos tienen, continúa creciendo mucho más allá de lo previsto por los genios del Banco de México y el gordito chistoso de Hacienda. Al fenómeno se le denomina estanflación (estancamiento con inflación), pero a las familias el término no les ayuda ni a acabalar el súper ni a pagar las colegiaturas y mucho menos a comprarse una casita o un carro nuevo.

Por primera vez en la historia el Presidente no se presentó a rendir el informe sobre el estado que guardan los asuntos de la nación, aunque se deleitó en las cámaras de televisión pregonando falsedades. Del “presidente del empleo” se burlan todos, en primera fila los que le dan empleo al presidente.

Para acabarla de acabalar, Felipe se quebró el hombro izquierdo, el de la mano de la rienda pues. Se ignora cómo firmó el papel con el que envió el texto del informe, ya que es zurdo.

Pasaron zumbando, como relámpagos de agosto, los beneplácitos por la resolución de la Corte contradiciendo las voces antiabortistas y, como bien nos recuerda hoy Pepe Blanco, la ley que permite en el DF divorciarse sin mayor trámite que decidirlo.

De cualquier modo, sin ingenuidad, tengo mi banderita septembrina muy a la vista.

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