DE HAMBRE

Escuchè durante la semana un comentario sobre la "gran ventaja" de producir combustibles a partìr del màiz, los biocombustibles, en este caso el etanol. Se arguye que los precios de los biocombustibles abarataràn el precio promedio de las gasolinas y el diesel. Sin embargo, a la vista del màs desinformado ciudadano, el efecto de que durante este año el 12% de la cosecha de maìz mundial se estè dedicando a la producciòn de etanol es un alza en los precios de los granos bàsicos: maìz, trigo, arroz y soya. En lo que va de 2008 el arroz duplicò su precio, de 360 a 760 dòlares la tonelada mètrica. En un hecho distinguido, la cadena Wal Mart està racionando las compras de arroz en sus establecimientos gringos, en respuesta a posibles compras de pànico. En Mèxico seguramente terminaremos por no comprarlo.

Sin embargo, màs allà de que los Estados Unidos estèn promoviendo la producciòn mundial de etanol a base de maìz (Brasil lo produce mayormente de la caña de azùcar), con el daño que ya salta a la vista, estamos presenciando un fenòmeno que algunos denominan ya la "guerra de los alimentos", alimentada por el mecanismo "mercantil" del acaparamiento. La Organizaciòn Mundial del Comercio soltò en 1995 a la arena del "mercado" a las empresas que hoy financian y operan la producciòn mundial de alimentos y ya las vemos afanadas en su quehacer acaparador, porque como dicen los columnistas del Wall Street Journal: "Ya es tiempo de que los estadounidenses comiencen a almacenar alimentos". Jesùs.

Citando a Alfredo Jalife: "Una docena de compañías claves, aliadas a unas 40 empresas medianas, dominan la cadena alimenticia en cuya cúpula se encuentra el cártel de las seis trasnacionales de granos: Cargill, Continental CGC, Archer Danields Midland (ADM), Louis Dreyfus, André y Bunge and Born. Su dominio es prácticamente absoluto en el mundo de los cereales y los granos desde el trigo, maíz y avena, pasando por el sorgo, cebada y centeno, hasta las carnes, lácteos, aceites y grasas comestibles, frutas, vegetales, azúcar y especias."

En tanto esta presunta "guerra de alimentos" define aliados y vìctimas, los latinoamericanos estaremos sin duda entre las vìctimas màs afectadas. Es deber de ciudadanos y autoridades colocar en la màs alta de las jerarquìas de sus prioridades el asunto alimentario o que Dios nos agarre perfectamente confesados.