VI
No sabreís nunca el odio que alimento
infame tejedor, sastre canalla,
hipocrita modista que mal haya,
por vuestro arte y su cruel tormento.
Pues, ¿no es infame, niña, que un fragmento
de nylon deleznable, o una malla
de fino jersey sean la muralla
en que se estrella el ardor más violento;
y una hebra del éxtasis me aparte
y cierre el paso a tu pezón, y el grueso
de un hilo al foso que mi sexo anhela?
Más yo haré trizas tu textil baluarte,
y he de asaltar tu piel a puro beso,
al ariete forzar tu ciudadela...
Tomás Segovia
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