miércoles, 4 de noviembre de 2009

LOS IDUS DE OCTUBRE


Problema que no se resuelve, problema que se agrava, reza un aforismo adjudicado a los economistas. Imaginemos nomás la cantidad de problemas agravados que gravitan sobre la nación y veremos que parecen pan de hojaldre, uno sobre otro. Lo que acabamos de presenciar durante la aprobación del presupuesto de ingreso público para 2010 es la capa más visible y reciente del destrozo que los gobiernos de derecha han decidido hacer con las instituciones. Al diablo con ellas, dijo López Obrador algún día, y presto El Presidente montó caballo, calzó armadura y se lanzó a una cruzada sin fin para lograrlo y no le va nada mal.

Es tan grande el desgaste institucional que en la revoltura del río no faltan atarrayas siniestras para pescadores desorientados, como es el caso del flamante alcalde panista de San Pedro Garza García, en Nuevo León, quien afirma a los cuatro vientos contar con grupos paramilitares que lo ayuden en el combate a la delincuencia. Son los escuadrones de la muerte que acompañan siempre los procesos de derechización, con la complacencia y el apoyo de las llamadas autoridades formales. Es la justicia por propia mano en ausencia de la de las cortes, es una de las últimas trancas a saltar antes de declarar fallido el trabajo del Estado, o esperar que Calderón lo decrete así. Y ni qué esperar, es un alcalde panista.

El problema de la extinción militarizada de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC) se agrava día con día. Obstinado el gobierno en deshacerse de un gremio beligerante, independiente del poder, pero sobre todo simpatizante de la izquierda, avanza en su propósito ignorando la Constitución, las leyes secundarias, los acuerdos, desentendiéndose de los resultados de tan descarnada embestida. El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) está resultando mucho más duro de acabar que lo esperado por El Breve y sus acólitos de Energía, Trabajo y Hacienda. El rechazo social al golpe a 44 mil trabajadores y sus familias crece y se desparrama, por más aspavientos que el gobierno haga. Los usuarios de LFC estamos incorporándonos a la causa sindical al dejar de pagar la energía que consumimos (es muy sencillo, no llegan los recibos y nadie va a andar rogando para pagar). Los estudiantes de la UNAM iniciaron ayer paros en un plantel del sistema CCH. El Colegio de Bachilleres del DF está en huelga. Los campesinos y maestros se sumaron ya a la movilización por razones propias, que finalmente son las de todos los mexicanos, la crisis económica más destructiva en los últimos 70 años.

Prácticamente no hay día que el SME no se manifieste pública y masivamente. No busquemos en la televisión estas noticias, ese lugarcito lo apartaron ya los legisladores y El Presidente, con dinero público desde luego. Los electricistas están convocando a un paro nacional para el próximo día 11 de noviembre y a una gran marcha para recordar el mes transcurrido desde el día del asalto a las instalaciones de LFC. Más aún, están llamando a regresar a las instalaciones de la empresa por ahora en manos de la policía. A contrapelo de la desvergonzada omisión de los diputados federales para interponer el recurso de inconstitucionalidad del decreto que dejó sin trabajo a los miembros del SME, el movimiento está alcanzando metas en el terreno legal, como el amparo provisional y la demanda por la reinstalación en sus labores. Es un hecho que los trabajadores que ya cobraron su indemnización siguen en lucha puesto que hasta este momento todas las acciones del gobierno son ilegales, hasta el pago de indemnizaciones.

Sin embargo, como todos los problemas del sexenio, este conflicto tampoco tiene trazas de ser solucionado como debe ser, el gobierno de Calderón es de los que cree que no pierde y cuando pierde arrebata. Y es que el ponteduro de problemas se ha ido formando alrededor de las ambiciones ilegítimas del grupo partidista en el poder. Al día siguiente que secuestraron la banda presidencial iniciaron su estrategia para quedarse con la presidencia hasta que Dios quiera. Todo se ha hecho bajo esa lógica, desde los militares en las calles en los primeros días del gobierno hasta la farsa malhecha del 2% de impuestos sobre todo por el bien de los pobres. Así abrieron la caja de sorpresas del SME, buscando apostarse en buen lugar para la competencia electoral de 2012. Por eso también la actitud de perro rabioso de Felipillo, porque en realidad no hay problema alguno que haya atacado y resuelto. Y bueno, por qué no decirlo, porque muchos de los negocios al amparo del poder se le cayeron junto con el avión de Mouriño.

Los electricistas fueron los idus de octubre. Trajeron augurios de buenos tiempos. Faltaba en el escenario político la dureza de los trabajadores en lucha. Frente a la izquierda contemplativa y sumisa el SME está desnudando al régimen, por si alguien lo miraba ataviado. Ante un Poder Legislativo entregado a los peores intereses del país, un nutrido grupo de trabajadores reclama sus derechos constitucionales. La pasividad criminal con que actúa el gobierno se ha visto perturbada por los puños cerrados del pueblo en las calles. El SME habrá de evitar las provocaciones de violencia y sabrá seguir peleando lo suyo en las cortes y en las cámaras, pero sobre todo en las calles. Es el momento de los agraviados, en donde todos aquellos que han sido lastimados por los atropellos del régimen salgan a gritar sus reclamos, es decir casi todos los mexicanos. Los padres de los niños quemados en la guardería ABC, los mineros de Cananea con 27 meses de huelga, los familiares de los periodistas asesinados, los saltacomidas, los hijos de los muertos en la guerra contra el narco, los millones de desempleados, los atribulados pobladores de Acteal, los familiares de los presos de Atenco. No hay mucho más por hacer. Mucho menos hay por esperar.

Vamos a la marcha del SME, saquemos a ese buey de Los Pinos.

1 comentario:

Miyita dijo...

SE MERECEN ESTE PREMIO Y MUCHOS MAS

http://tuyitomiyitoespacioparacompartir.blogspot.com/2009/11/premiada-por-honestano-ta-mal-pero-trae.html