V (bis)
Toda una noche para mi tenerte
sumisa a mi violencia y mi ternura;
toda una larga noche sin premura,
sin nada que nos turbe o nos alerte.
Para vencerte, vencerte y vencerte
y para entrar a saco sin mesura
en los tesoros de tu carne pura,
hasta que en un rendido hartazgo inerte
te me duermas feliz y devastada;
y entonces, yo tranquilo y tú sin nada
por fin que defender, por vez primera
mirarte dulce, amiga y verdadera,
cuando ya mis caricias no te quemen,
mujer ahíta de placer y semen.
Tomás Segovia
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario