miércoles, 18 de junio de 2008

FELIPE EL BREVE


Sobran los artículos y caricaturas en los que se coloca a Felipe Calderón el mote de "El breve". La mayoría de las veces es alusión directa a su reducida estatura física, en otras ocasiones se le llama así por la brevedad de sus alcances. De todos los alcances. Es tan breve que en su imaginario empresarial bien podría despachar un abarrote de esquina. Son de tan corto alcance sus decisiones que se sentiría como pez en el agua en un kinder.

Hoy Calderón hizo el anuncio inconcebible del congelamiento del precio de 150 productos alimenticios industrializados, procesados o en conserva, hasta diciembre del presente año, como si el próximo enero todo estuviera mejor. Es inconcebible porque es una medida salida de la realidad. El control de precios dejó de existir en la economía mexicana hace por lo menos 25 años, en aras del librecomercio y la retirada del Estado del quehacer económico. Es un acto del populismo más ramplón que hemos conocido.

Más tardó el presidente en dar a conocer el acuerdo logrado en reunión privada con empresarios, que los mismos empresarios en desmentirlo o condicionar la medida. "Sólo si no hay contingencias extraordinarias en la economía", dijeron unos, como si la contingencia no nos estuviera ahorcando. "Las grasas y aceites comestibles sólo se mantendrán hasta el 31 de agosto", acotaron otros, y ya estamos a mediados de junio. Los trigueros van de acuerdo hasta el 31 de julio, o sea pasado mañana. Los de productos en conserva se fajan los pantalones y aguantan a diciembre. Pobre presidente.

Y es que Calderón todavía considera que su palabra vale, como si no la hubiera empeñado desde julio de 2006, ante los mismos a quienes hoy ruega apoyo. Y es que también sus ocurrencias son de risa. En octubre del año pasado decretó alzas en las gasolinas y de inmediato dijo que el decreto entraba en vigor hasta diciembre, "para no afectar la economía de las familias", ya estamos en junio y las alzas que se presentan asociadas al alza del precio de los combustibles afectan hasta el precio del agua. Cuando la carestía de los alimentos se hizo patente decretó la importación masiva de granos, es la hora que no se ve ni un granito de esos. Cuando tomó posesión decretó de inmediato una guerra al narcotráfico y los muertos en el último año suman más de 3 mil (será porque es guerra, quizá). Se le ocurrió privatizar Pemex y su iniciativa ha resultado a contrapelo de la Constitución y sigue sin acordarse nada al respecto. Con la idea fija de ser gerente de una empresa grande, exigió al Banco de México una baja de las tasas de interés para que los empresarios accedan en mejores condiciones al crédito en un entorno económico de inflación. Le contestaron que ni inflación había y las tasas subieron.

Es breve como presidente, una miniatura, esperemos que no sea igualmente breve su estancia en Los Pinos.
De última hora: Ni Chana ni Juana, no son 150 artículos sino 24, destacando el atún enlatado. P'al gato, diría mi amiga Miyita.

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