domingo, 1 de junio de 2008

EL ÁNGEL EXTERMINADOR


Decía mi amigo Báez que los periódicos se debían leer empezando por la sección deportiva ya que allí se encontraban las noticias optimistas: medallas, triunfos, récord, esencialmente ganadores. Siempre pensé que le asistía la razón, pero en estos últimos años la razón misma ha cambiado de parecer. Ya ni la deportiva muestra asuntos que puedan levantar el decaído ánimo de muchos ciudadanos, para muestra basta el regateo que las autoridades deportivas tienen ahorita sobre nuestra participación en Pekín 2008, ya no sabemos si en la delegación mexicana sólo aparecerá el deportista que porta la bandera o si de plano no estaremos presentes. Los asuntos públicos se han enturbiado de tal modo que ya no vale la pena hojear más de un periódico, todos dicen lo mismo y todos tienen las mismas malas noticias. El entretenimiento nacional puede enfocarse ahora en el ingrediente tragicómico adicional, que son las declaraciones de los responsables de la cosa pública. Por ejemplo, ante la feroz, criminal, sangrienta, despiadada carnicería resultante de la guerra calderonista contra el narcotráfico, las autoridades señalan imperturbables: "pareciera que no, pero vamos ganando". Atroz. Increíble balido. Frente al alza generalizada del precio de los alimentos, Felipe Calderón abre las puertas a la importación masiva de granos, sin ver (o sin importarle lo que ve) que los precios internacionales también están incrementándose y acabaremos peor que como estamos y que finalmente las importaciones estarán a favor del cártel del hambre. En el mismo tema el titular de Sagarpa dijo claramente que estamos en condiciones de enfrentar la crisis alimentaria mundial. Seguramente el África subsahariana brincó de alegría. Frente a una argumentación clara y sólida de los mexicanos que defendemos nuestro petróleo, los sicarios gubernamentales replican sandeces, descalificaciones e insultos como sus mejores argumentos, exhibiendo una ignorancia peligrosa. Enmedio de una economía que crece más lento de lo esperado y una inflación que amenaza anular el escaso crecimiento económico, el gobierno presenta un plan, breve pero incongruente, de desarrollo de infraestructura que nos pondrá en los umbrales del primer mundo antes de 2012, año en que Felipe Calderón deja el puesto. Yo muero de la risa ante tanto despropósito pero al menos estoy claro de que vamos hacia un hoyo mayor, las autoridades matan de la risa con sus respuestas y declaraciones en la firme idea que les creemos y, lo peor, que sus dichos son ciertos. Vaya situación. El pan escasea y el circo es malo. Augurios de mal porvenir.


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