sábado, 7 de junio de 2008

DIME CON QUIÉN ANDAS


No hay que perder de vista a los súbitos aliados que en Estados Unidos han surgido a favor de la llamada Iniciativa Mérida, a quien muchos han identificado con el Plan Colombia. Una iniciativa que surgió verdaderamente en lo oscurito en un encuentro entre dos presidentes que se deleitan con los asuntos castrenses: Bush y Calderón, en orden alfabético. Ante la reducción de la ayuda "acordada" en esa reunión, de 500 a 350 millones de dólares, para el combate al narcotráfico (el combate perpetuo), el gobierno mexicano primero en voz del presidente -quien fue rebatido por el embajador gringo en nuestro país, vaya usted a ver- y después en tos del secretario de gobernación, el imberbe comerciante petrolero mexicano/español JC Mouriño, se mostró incómodo por que la ayuda fuera condicionada a una supervisión gringa de la aplicación de los recursos, como si 350 millones de devaluados dólares sirvieran de algo frente a los miles de millones que operan los cárteles de la droga y como si no estuviéramos acostumbrados a ser supervisados hasta en los programas sociales, no digamos en asuntos mayores como las propias elecciones presidenciales.

El asunto va más allá, por eso hay que ver qué gringo levanta la voz por la mentada ayuda. Desde el año antepasado Calderón participa, igualmente en lo oscurito, en las reuniones del ASPAN, Acuerdo para la Seguridad y el Progreso de América del Norte, del que no sabemos mas que el nombre (y a veces ni eso) y que fue fraguado como un paraguas de protección para los gringos a partir de ejercer dominio geográfico-militar desde Canadá hasta Centroamérica, en este mundo sicodélico del terror internacional diseñado por el gobierno estadounidense. Lo del combate eterno es sólo un aspecto que toca el ASPAN, en realidad los alcances nos pondrán en la situación actual de Colombia, un país literalmente intervenido militarmente por los EU y que hoy juega el papel de desarticulador de los acuerdos latinoamericanos (recordar affair Unasur). No tienen los funcionarios bushianos el menor interés en el asunto del narcotráfico, de ser así algo harían por detener el tráfico de armas desde su país a los dedos de los cárteles, como bien lo apunta Jorge Rodríguez en su Antropolítica (mentidero vecino). El interés de fondo es el control militar, que con el pretexto de las ex torres gemelas, nuestro vecino septentrional necesita para su propia seguridad. No hay mucho más en la Iniciativa Mérida.

Por ello las voces que defienden los dolaritos que nos prometieron son, entre otras, la del aún presidente Bush, del que no hay mucho que agregar pues todo está dicho; la del subsecretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, reconocido halcón en todo el genocidio de medio oriente; John Dimitri Negroponte, actual subsecretario de Estado con la Condi Rice y reciente virrey en Irak, de donde salió poco después que la historia lo alcanzó y ex embajador en México. Nada qué decir del Tony Garza, que ahora sale en defensa espontánea de quien antes rebatió con su habitual soberbia.

Dime con quién andas.

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