jueves, 19 de junio de 2008

AGUA Y LUZ



Gabriel García Márquez, de quien no es necesario comentar nada, narraba hace algunos años su técnica para diseñar la trama de un cuento. A propósito del tema, ejemplificaba con el recuerdo de una conversación escuchada en un elevador en la Ciudad de México, en donde una mujer dijo: “la luz y el agua son lo mismo”. El Gabo explicó que de inmediato se le vino a la mente un cuento con ese tema: el agua y la luz. Respondía así a las preguntas del entrevistador sobre su técnica cuentísitca. García Márquez agregó que estando aún en el elevador, sacó una infaltable libreta de notas y apuntó: El agua es como la luz. El cuento lo publicó años después en un libro llamado Cuentos peregrinos.

Esto viene a cuento –dicho sea de paso- porque en el video que les presento, un niño pequeño descubre la sombra. La luz la conoció siendo nonato, no hay duda, pero la sombra requiere una elaboración mental solo existente en la niñez. Me sorprende mucho que al descubrir su sombra el niño perciba las áreas de luz como si fueran de agua, o de otro material líquido, diferente a la firmeza de la alfombra donde está proyectándose la luz. En un momento del video el chamaco cruza rápidamente sobre el cuadro de luz, como si temiera quedarse atrapado allí, lo cruza como si fuera charco. El asunto del descubrimiento de la sombra es un testimonio que alguien podría valorar algún día. Es simplemente asombroso.

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