martes, 14 de junio de 2011

A LA SOMBRA DE UN ENANO


Hacia el final de su fallida administración, el ElPresidente, está deshilachando el tejido institucional, la relacion de los ciudadanos con el gobierno y principalmente las relaciones entre los diversos grupos sociales. Lo hace con mayor ferocidad que al inicio de su satrapía. Semeja ya un animal acorralado, lleno de ira y por lo mismo muy peligroso.

Corrijo de inmediato, es un animal acorralado, no sólo lo semeja. Las decisiones de Calderón las toma el día que las anuncia, no son algo meditado ni forman parte de ningún plan de gobierno, hecho o por inventarse. Son parte del humor hepático con el que El Breve asume el día. Y habla y dispone y promulga leyes, inventa diálogos, prodiga mentiras e injurias, engaña orgánicamente, maldice periodistas, ataca gobernantes, encarcela adversarios políticos. Y nadie le hace caso en nada. De allí el peligro, Calderón disfruta una historia en la que sólo existen los balazos, la sangre y los partes de guerra. El país no está en su imaginario.

La institución más dañada sigue siendo la justicia. Lo más evidente es el arbitrio mortal para conducir la guerra que inventó contra el narco. Hace unos días, en la Universidad de Stanford le recordaron los 40 mil muertos de su sexenio, de los que no tenemos ninguna información sobre la manera en que fallecieron. No desestimo la posibilidad de que se alcance la cifra de 50 mil mexicanos caídos hacia fines de este año. El ejército ha sido habilitado, contra toda ley, como policía ministerial y los allanamientos de casas particulares, negocios, oficinas de organizaciones de derechos humanos, son ya el cotidiano terror de todos. Sálvese quien pueda, incluso el criminal Hank Rhon.

La economía sobrenada en la inercia. Desde el malestar gripal con el que calificó Carstens la crisis de 2008-2010, todos los agentes inversores entendieron que en el templo seguían los fariseos. Por algo la inversión fija bruta es de risa, sólo el maltratado Slim Helú se mantiene en lo dicho. El comercio internacional ocurre como David Ricardo lo demostró, las ventajas competitivas nos ahogan y han llevado a la quiebra a un gran número de empresas que no soportan el slogan del libre comercio y la falta de una política en apoyo para explotar nuestras ventajas comparativas. De la inversión en infraestructura, generadora de empleos, que ha sacado a flote a las economías verdaderamente emergentes, Calderón dejó hasta de mencionarlas. Dijo bien López Obrador: “si no ha pegado un ladrillo cómo quieren que construya una refinería”. Hemos llegado a ser un país sumergido, más que uno emergente.

La destrucción social se muestra en el miedo con el que convivimos. Miedo a perder el empleo, miedo a despertar por la noche bajo la mira de un fusil, miedo a defender nuestros derechos, miedo a perder algún familiar por causas totalmente desconocidas, miedo a transitar por el país, miedo a la extorsión paramilitar. Javier Sicilia, el líder de la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad, dijo que “ya perdimos el miedo”, ojalá esa movilización social nos ayude a enfrentar el sangriento ocaso de un usurpador que se niega a irse.

La transición democrática, ese concepto tan manido como inútil para explicar lo que actualmente sucede, naufraga en el inmenso mar de la impunidad y la ambición de la todavía llamada clase política mexicana. Los transicionistas cerraron un ojo –y en muchas ocasiones los dos- ante el advenimiento del foxismo. Bastó con que un vaquero panista, dicharachero e ignorante llegara al poder para asentar la ilusión de que nuestra democracia se fortalecía. Se dejó para después el daño inmenso de socavar las instituciones sustituyéndolas por fórmulas de gobierno inspiradas en Og Mandino. Fox lo advirtió, “este es un gobierno de empresarios y para empresarios” y quizá nos pareció simpático. Por algo los empresarios ya no acuerdan con Calderón, se han adueñado cabalmente del circo y no necesitan a los changos.

El conflicto más grave, que ya muestra su fatalidad, es el electoral. La guerra ya nadie la detendrá, es parte del proyecto electoral de Calderón y por ella algún día ira a juicio. En su diminuta visión, El Breve se ha propuesto no dejar la silla presidencial a nadie que no sea su elegido. Si esto únicamente afectara a su partido todo se resolvería en casa. Pero no se trata de uno u otro candidato panista, sino de la sucesión presidencial mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo en julio de 2012, que ElPresidente está manipulando en perjuicio de todos y con el aval sin nombre de los partidos políticos. Lo escribió completo Moreira, el del PRI: “lo de Hank lo vemos después de las elecciones” (del Estado de México).

La estrategia calderonista es anular las elecciones presidenciales con el pretexto de la inseguridad nacional. En el extremo, esta criminal idea supondría la utilización del ejército para impedir la instalación de casillas y/o para desestabilizar el proceso electoral en las casillas abiertas. El resultado sería la extensión provisional del mandato espurio o la imposición de un candidato “independiente”.

Exactamente así estaba previsto para las elecciones en Michoacán y así lo propuso Felipillo a los partidos, suspender las elecciones y sentar a gobernar a algún ilustre ciudadano, desechando el derecho al voto de los michoacanos. Los partidos lo callaron -por algo son canallas- pero finalmente llegó a oídos de todos.

Todavía no sabemos el desenlace final en Michoacán y menos lo que sucederá en 2012, pero como bien decía mi madre, por la víspera se saca el día.

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