lunes, 10 de enero de 2011

UNA DE TRES BANDAS



Enmedio de un ambiente político que se enrarece en cuestión de horas y que a unos días de iniciar el nuevo año presagia tormentas mayores que las ya vividas, varios personajes de la izquierda partidaria y en el poder dieron un campanazo digno de comentarse por el aire fresco que nos traen.

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) está entrampado en intereses antagónicos y vacíos de contenido popular. Su dirigente, Jesús (Chucho) Ortega, se entregó abiertamente a la línea electoral y de apoyo de El Presidente y todo su quehacer se reduce a orillar al PRD a ir en 2012, año de las elecciones presidenciales, a competir en alianza con el PAN, el partido de la derecha en el gobierno.

En este afán sin nombre, el Chucho mantiene una distancia afortunadamente infranqueable con el líder real de ese partido, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien detesta las alianzas con el PAN y aspira y suspira a la presidencia que le fue robada en 2006 . Un tercer miembro del PRD, Marcelo Ebrard Casaubon, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, es también un aspirante manifiesto a la silla presidencial y hasta hace unos días mantenía un discurso ambivalente sobre el modo en que esperaba convertirse en candidato del PRD a ese cargo.

Con estos antecedentes, los tres personajes enfrentaron en meses pasados sus discursos sobre la elección a gobernador en el Estado de México, que se resolverá en el presente año. El Chucho quiere ir a esa elección en alianza con el PAN, AMLO no quiere ni oír sobre ese tema y Ebrard abrió el año pasado su propio frente presuntamente en apoyo a Ortega, llegando a realizar mítines paralelos a los que está encabezando AMLO por una unidad de los partidos de izquierda.

El escenario para este año era pésimo para la izquierda, empezando con esas elecciones del Estado de México: un candidato del movimiento ciudadano que dirige AMLO y otro candidato de la dirigencia del PRD, presuntamente en alianza con el PAN. Una izquierda dividida enfrentaría al PRI y al PAN. Una fatalidad que alcanzaría sin duda el 2012. El escenario no ha cambiado mucho, pero hubo un destello iniciando el año.

Sin embargo, empezando 2011, Marcelo Ebrard convocó a una reunión con los dirigentes de los partidos de izquierda (PRD, PT Y Convergencia) y propuso la candidatura única al gobierno del Estado de México de Alejandro Encinas, ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y actual líder de la bancada perredista en la Cámara de Diputados. Y eso resultó ser una carambola de tres bandas sensacional.

Primera banda. Se disuelve la (aparente o real) división entre Marcelo Ebrard y AMLO, los dos líderes más importantes de la izquierda con miras al 2012. Encinas es un factor de unidad e inmediatamente AMLO se pronunció en su favor ya que resultó obligado a dejar la ilusión de impulsar a una candidata que fue descalificada por las fuerzas vivas del Estado de México.

Segunda banda. La dirigencia del PRD, y en particular el Chucho Ortega, se queda sin argumentos ni apoyos para seguir promoviendo su indecible amasiato con el PAN y con Felipe Calderón en el caso del Estado de México. Seguir insistiendo en ese tema, sin candidato de su partido, lo llevará al extremo de sugerir que el PRD apoye a un candidato de derecha frente al candidato de unidad de la izquierda.

Tercera banda. Un buen candidato de unidad de la izquierda tiene mayores posibilidades de ganar la gubernatura del Estado de México o al menos hará un papel de real oposición frente a los candidatos de la derecha.

Nada de esto cambia un ápice la correlación de fuerzas nacionales, ni garantiza que más adelante Calderón no termine de comprar los servicios del PRD, pero da gusto ver movimientos políticos bien urdidos y con resultados y expectativas mejores.

Salud al nuevo año.

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