martes, 24 de agosto de 2010

CRITERIOS DE ECONOMÍA POLÍTICA



En pocos días Felipe Calderón habrá de enviar al Congreso su propuesta de Iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2011, importantes documentos basados los Criterios Generales de Política Económica (CGPE).

Los (CGPE) presumen ser un análisis de las condiciones de la economía mexicana y ofrecen las cifras que El Presidente y sus economistas consideran las claves para calcular los ingresos y los egresos públicos. Las cifras resumen las previsiones sobre crecimiento del PIB, de inversión extranjera, el tipo de cambio frente al dólar estadounidense, la inflación, los ingresos petroleros, la política fiscal, los precios de los bienes y servicios públicos, el gasto público, entre las cifras más relevantes.

Esos Criterios deberían ser en realidad el anexo estadístico de un análisis de la Economía Política del país. Es decir, del estado que guardan las relaciones que los distintos grupos de la sociedad establecen entre sí para producir y distribuir los bienes y productos que satisfacen el crecimiento y desarrollo. Este análisis explicaría el proceder económico del gobierno federal, evitando la persistente cuan dañina aplicación del dogma neoliberal de regular, “acomodar”, los instrumentos de política pública para evitar el déficit fiscal, séase la diferencia entre ingresos y egresos.

Unos criterios de Economía Política, para la elaboración presupuestal pública, deberían colocar en el centro de todos sus objetivos el bienestar ciudadano. El eje de toda discusión y definición de ingresos y gastos públicos es la gente y su situación actual. El objetivo de la economía política será apalancar el crecimiento y enrumbar el desarrollo, ampliando el mercado nacional y olvidando las embriagantes ilusiones de vivir dependiendo de la economía norteamericana.

Los ingresos tendrán como uno de sus grandes focos la ampliación significativa de la recaudación fiscal, desechando de principio los mecanismos legales de elusión y evasión que hacen posible que más de 500 mil millones de pesos -provenientes de la ganancia del capital- no ingresen el próximo año al erario público y sí acumulen y concentren mayormente el ingreso nacional en unas cuantas familias de poderosos mal llamados empresarios.

Se evitará incrementar la recaudación que abate la capacidad de compra de los mexicanos, o sea aquellos impuestos indirectos generalizados al consumo. En cualquier caso, ante la enorme desigualdad económica, pagarán siempre más impuestos quienes más ingresos tienen y quienes más consumen.

Los ingresos deberán incrementarse también cancelando el despilfarro que los panistas hacen de los bienes públicos. Tan sólo por robo directo a los productos de Pemex los mexicanos perdemos poco más de 130 mil millones de pesos al año. La fibra óptica está en venta de garage y no para el mejor postor sino directamente a Televisa, con quien Calderón apuesta la continuidad del régimen derechista en 2012. La reducción del aparato burocrático, como lo ha planteado AMLO, es igual una fuente de ingresos no sólo por pagar menos salarios, sino por echar a la calle a tanto ladrón de cuello blanco desembozado circulando tras la circulación del dinero.

El gasto público deberá ser expansivo. El misterio del déficit presupuestal debe pasar a revisión del clero, como todos los misterios. La economía debe encontrar un horizonte en el mediano plazo. Para ello el gasto público debe fincar infraestructura industrial, educativa, científica, comercial. Los recursos del pueblo se destinarán al fomento a la pequeña y mediana empresa, aquella que por sus características tecnológicas es una gran fuente de empleo. Primero llegamos al punto de importar petróleo que ver la refinería de Calderón. Altos impuestos y bajo gasto público sería la clave para asegurar un desastre mayor que el de 2009.

Las discusiones estériles sobre la obesidad infantil y la comida chatarra en las escuelas, dejarán paso al fomento al crecimiento de las economías regionales, locales, campesinas, donde la obesidad es signo de desnutrición por extrema pobreza alimentaria. Lograr que nuestros hijos no abandonen los estudios al nivel de la secundaria, porque tienen que buscar ingresos para la familia, es un primer paso hacia una educación nacional digna. Las computadoras de la Maestra Gordillo de algo han de servir (para sus intereses en primerísimo lugar), pero son la secuela de las enciclomedias foxistas, tan inútiles como costosas formas de hacer ver que algo se hace sin decirnos qué. El planteamiento populista de crear muchas universidades deberá esperar hasta que la inmensa mayoría de nuestros niños y jóvenes puedan demandar estudios superiores.

Los criterios de economía política considerarán un ambiente externo restrictivo para el crecimiento, la economía gringa no alcanza a recuperarse y en cambio se aprecian signos definitivos de una nueva recesión estadounidense: temor al gasto público, gran desempleo, bajo consumo y escasa inversión privada. No esperemos mayores ingresos externos que los de las remesas de los trabajadores mexicanos en EU, quien pueda invertir no lo hará en México, El Presidente ha blindado a fuerza de bala y corrupción la entrada de capital extranjero.

Los diputados y senadores, mal llamados representantes del pueblo, tendrán que considerar el agotamiento social, el repudio creciente al régimen panista y los signos de un Estado escondido que los incluye.

La izquierda tiene la oportunidad para iniciar la formación de un Frente Nacional de Reconstrucción, en donde participemos todos aquellos que hemos sido desplazados del crecimiento nacional: pequeños empresarios y comerciantes, estudiantes y profesores, campesinos y sindicatos, amas de casa, NiNis, burócratas, albañiles, minorías sociales. A menos que esperemos que el empecinamiento por las alianzas camachistas cierre toda posibilidad de influir en la política nacional.

Soñar no cuesta nada, soñemos con las manos.

2 comentarios:

Miyita dijo...

No ni intentaré comentar de aquello que no conozco, pero si puedo leer y aprender... me apena ver lugares comunes como este...que parecidos somos los latinoamericanos.Besos muchos abrazos más.

el güilo dijo...

Quizá viendo las diferencias entre nuestros países podrías encontrarle algún sentido a los temas económicos. Perú tiene un PIB más alto que México, Perú tiene más universitarios en relación a su población que México. Perú tuvo un japonés como presidente, aquí no hemos llegado a tanto. Y así. Un abrazo y que bueno que andes en la cibercirculación de nuevo.