jueves, 8 de abril de 2010

EL COMAL Y LA OLLA


Felipe Calderón inició otra cruzada inútil, ahora contra los monopolios económicos. Es inútil por varias razones. La más contundente de ellas es que la Constitución Política de nuestro país ya lo dice con toda claridad en su artículo 28: EN LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS QUEDAN PROHIBIDOS LOS MONOPOLIOS, LAS PRACTICAS MONOPOLICAS, LOS ESTANCOS Y LAS EXENCIONES DE IMPUESTOS EN LOS TERMINOS Y CONDICIONES QUE FIJAN LAS LEYES. EL MISMO TRATAMIENTO SE DARA A LAS PROHIBICIONES A TITULO DE PROTECCION A LA INDUSTRIA. Como se aprecia, la Carta Magna va más allá de las excrecencias legislativas de Los Pinos y prohíbe también lo que Calderón derrocha, excenciones y elusiones fiscales. Otra razón de inutilidad es que el movimiento de izquierda ciudadano, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, propuso legislar sobre el tema desde 2006, a poco tiempo del fraude en las elecciones presidenciales. Nada nuevo sale de la oficina de los amanuenses presidenciales.

Como todo cruzado en ruta de causas divinas, El Presidente ha incluido en su encíclica penas corporales para quienes practiquen el monopolio. Cosas de cruzados neófitos porque la misma Constitución lo establece en el artículo citado: EN CONSECUENCIA, LA LEY CASTIGARA SEVERAMENTE, Y LAS AUTORIDADES PERSEGUIRAN CON EFICACIA, TODA CONCENTRACION O ACAPARAMIENTO EN UNA O POCAS MANOS DE ARTICULOS DE CONSUMO NECESARIO Y QUE TENGA POR OBJETO OBTENER EL ALZA DE LOS PRECIOS; TODO ACUERDO, PROCEDIMIENTO O COMBINACION DE LOS PRODUCTORES, INDUSTRIALES, COMERCIANTES O EMPRESARIOS DE SERVICIOS, QUE DE CUALQUIER MANERA HAGAN, PARA EVITAR LA LIBRE CONCURRENCIA O LA COMPETENCIA ENTRE SI Y OBLIGAR A LOS CONSUMIDORES A PAGAR PRECIOS EXAGERADOS Y, EN GENERAL, TODO LO QUE CONSTITUYA UNA VENTAJA EXCLUSIVA INDEBIDA A FAVOR DE UNA O VARIAS PERSONAS DETERMINADAS Y CON PERJUICIO DEL PUBLICO EN GENERAL O DE ALGUNA CLASE SOCIAL. Si la severidad del castigo son 10 años de cárcel, como lo propone El Ejecutivo, ó 20 ó más, da lo mismo, los monopolios y la violación a la Constitución son parte de la vida diaria del gobierno panista.

¿O acaso Calderón va contra sus patrones? Porque prácticamente toda la actividad económica del país depende de los precios que ponen a los bienes y servicios los dueños de los monopolios: los bancos, la producción de refrescos y de cerveza, la harina de maíz, la producción automotriz, la telefonía y las telecomunicaciones, las televisoras, el comercio de alimentos, la carne, la leche, las tiendas de autoservicio y departamentales, la producción de cemento, los alimentos chatarra, las manufacturas, las líneas aéreas, los detergentes y limpiadores, la producción y distribución de papel, y bueno, casi todo lo que concierne a nuestra vida diaria proviene del quehacer monopólico. De ser legítima la propuesta de El Breve, la traducción política de su nueva guerra sería el enfrentamiento del Estado con el cártel de la oligarquía. Y eso ni pensarlo.

Felipillo sólo está atendiendo órdenes del extranjero, fiel a su creencia que sólo los Estados Unidos podrán resolverle el margallate en que ha metido al país entero. Hace unos cuantos días, casi en coincidencia con las novedades calderonistas, la Representación Comercial de la Casa Blanca pidió a la Comisión Federal de Telecomunicaciones de México hacer lo necesario y tan pronto como sea posible para que Teléfonos de México (Telmex) ofrezca tarifas competitivas en 70 zonas telefónicas de México. Es decir, como es entendido, a El Presidente le hablan a señas. La guerra contra los monopolios tiene nombre y apellido, puestos en Estados Unidos: Carlos Slim.

Pero ¿con qué cara vienen los gringos a decirnos qué hacer y qué no en los asuntos económicos de México? Si son los monopolios financieros estadounidenses el eje sobre el que gira la crisis mundial que no amaina por más homilías que se vociferen para exorcizarla. Es evidente que los gringos no se interesan por la transparencia en ninguna de sus acepciones, son la sociedad más turbia del planeta y sus instituciones de control económico las más ineficaces y corruptas del mundo. El año pasado, el Sistema de Reserva Federal (la FED, por sus siglas en inglés), en completa coordinación con las agencias calificadoras y aseguradoras, acogió, protegió y promovió el uso de mecanismos financieros fraudulentos que derivó en la violenta crisis económica que dejó a la sociedad planetaria en la ruina. Y ahora el comal viene a decirle a la olla. Qué va.

No perdamos de vista que la intervención gringa en nuestro país marcha rápido y bien, y para nuestro mal desde luego. El paraguas que cubre oficialmente la injerencia extranjera fue diseñado e impuesto a El Chapo Calderón mucho antes que se robara la banda presidencial. El ASPAN, Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte, fue echado a andar en marzo de 2005 bajo el lema: “En un mundo que evoluciona rápidamente, debemos construir nuevos espacios de cooperación, a efecto de dotar de mayor seguridad a nuestras sociedades abiertas, hacer a nuestras empresas más competitivas, y a nuestras economías más sólidas”. Y el primer espacio de cooperación que construyeron para México fue la Iniciativa Mérida, semejante en contenido y condiciones al Plan Colombia, la cooperación para la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. En Colombia, concretado el Plan en 1999, su nombre fue originalmente concebido en inglés y lo dice todo: Plan for Peace, Prosperity, and the Strengthening of the State (Plan para la Paz, la Prosperidad y el Fortalecimiento del Estado), o sea nada. Parece claro que ninguno de los señalamientos nominales ha sucedido y que en los hechos el Plan mantiene a Colombia como cancerbero de los intereses gringos en Sudamérica, con siete bases militares estadounidenses en su territorio. Y ése es el espíritu de la Iniciativa Mérida, ejercer un control directo y abierto sobre México, que irradie a América Central, por ello con Fox el nombre era Plan Puebla Panamá. Los nombres no dicen nada, la Iniciativa Mérida es en realidad el Plan para la Ocupación Pacífica de México y los Mexicanos a como se pueda. Y tan tan.

No quito el dedo del renglón, por el bien de todos: ¡Fuera Calderón!

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