martes, 9 de marzo de 2010

VAMOS SUBIENDO LA CUESTA


El día de mañana contraerán matrimonio las primeras cinco parejas del mismo sexo en la Cd. de México. La pareja con mayor reconocimiento del público es la que forman Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe. Especialmente Jesusa, dramaturga y artista del escenario, volcada en los últimos años al trabajo por las causas populares, compañera inseparable de lucha de Andrés Manuel López Obrador desde el fraude en las elecciones presidenciales de 2006. Jesusa disfrutará el jueves del resultado de años de esfuerzo en la causa de los derechos lésbico gay, podría decirse que su participación fue determinante en la aprobación de la ley que vuelve posible estos matrimonios. Liliana Felipe es también mujer del escenario, dueña de una voz maravillosa, acompañó a Jesusa en la genial aventura de abrir un espacio de teatro y de revista comedia en La Capilla y El Hábito, un local de la calle Centenario en Coyoacán, a cuyas noches de gloria me tocó acercarme.

Este evento, de enorme trascendencia para los derechos humanos, ocurre enmedio de una verdadera tremolina armada por la jerarquía de la iglesia católica y el mal gobierno panista. Los cardenales y obispos, ungidos por el rechazo abierto y malencarado del Vaticano hacia las uniones de personas del mismo sexo, se han dedicado en las últimas semanas a denostar sin clemencia las bodas de la semejanza, como las llamó John Boswell. Con duras palabras y peores expresiones, los hombres de la sotana negra han planteado a sus fieles la supremacía de las llamadas leyes de Dios sobre las leyes del hombre, como si ambos mandamientos no fueran una misma hechura humana. Como si la Constitución mexicana no fuera el pacto social que conduce la vida los mexicanos en el marco del respeto más grande a los derechos de hombres y mujeres, sea cual fuere su vocación religiosa. Como si el Estado laico no marcara un límite insalvable entre los asuntos de la iglesia y los de la nación, para bien de todas las iglesias y de todos los mexicanos. Arzobisposprimados y señorescardenalicios han llegado al extremo de comparar las uniones gay con delitos graves como el asesinato y el narcotráfico, desde el cómodo sermón de suponer que todos somos católicos o debemos serlo. Como si la iglesia no estuviera expuesta a recibir de lleno la primera pedrada.

Y la pedrada no se hizo esperar. El 3 de marzo pasado los hijos de Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo, tomaron la palabra en un programa radiofónico y exhibieron las profundidades cenagosas de la vida de los prelados que nunca aceptaron el celibato. Marcial Maciel Degollado, sacerdote mexicano, fundó la congregación de los legionarios en 1941. Hasta 2008 se reconocía la presencia de la Legión en 22 países, estando integrada por 763 sacerdotes y mil 300 seminaristas, encabezados por Marcial. Maciel era el sacerdote de cabecera de Martha Sahagún, la esposa del ex presidente Vicente Fox, lo que da una muestra de las relaciones que afianzaron al legionario entre las clases pudientes, en este caso advenedizas al poder. Maciel, quien quiso ser santo, será recordado para siempre como un insaciable pederasta, como el amante infiel de al menos seis mujeres y el desobligado padre de un gran número de hijos. Fue protegido de Juan Pablo II, hasta la vergüenza y hubo de llegar Benedicto XVI para que en 2006 el Vaticano lo retirara a "una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a cualquier forma de ministerio público". Murió en 2008. Entre los hijos mexicanos de Marcial Maciel figura José Raúl González, que nació de la unión del sacerdote y la señora Blanca Estela Lara. Hasta aquí todo era asunto conocido, todo mundo sabía que Maciel era un gran y perverso aficionado al sexo con los menores, pero Raúl González reveló públicamente el horror: que fue abusado sexualmente por su propio padre. Que no conforme con abusar del hijo que ya tenía Blanca Estela antes de unirse con el sacerdote, el legionario mayor amó a su hijo carnal con la misma pasión que Romeo lo hizo con Julieta.


Por los lares del mal gobierno panista, la reacción contra las uniones gay, legalizadas por la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, fue igualmente rabiosa. Los panistas son como el gran Legionario, tiran la piedra y esconden la mano, mienten a destajo. El Presidente instruyó a la Procuraduría General de la República (PGR) abrir un alegato constitucional sobre el tema de las bodas gay, arguyendo que la Constitución establecía que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer, y el abogado de la nación, tan ignorante en materia legal como su propio jefe, entregó a la Suprema Corte de Justicia un expediente donde hace constar semejante barbaridad. La Constitución no menciona en ningún artículo a los integrantes del matrimonio, en el Art. 4 establece que "El varón y la mujer son iguales ante la ley. Ésta protegerá la organización y el desarrollo de la familia". Pero el fervoroso arrebato religioso del panismo los llevó a obligar a los gobernadores de su mismo partido a entablar la misma demanda ante la Suprema Corte, con los mismos argumentos. Si Maciel fue un cura capaz de aberraciones salvajes, los panistas no se detienen en minucias, menos estando en campaña electoral perenne. La Corte ha desechado, por notoriamente improcedentes, las demandas interpuestas por cinco gobernadores, falta desechar el alegato de la PGR. Por eso mueve a risa la declaración del Director del IMSS amagando que según las leyes del Seguro Social, el matrimonio entre personas del mismo sexo no tiene protección en el sistema de salud, como si esa ley estuviera por encima de la Constitución y las bodas gay no fueran familia. ¡Que va!

Finalizando con el tema que concelebramos, agregaría que hay 23 solicitudes más de matrimonios gay, 11 parejas de hombres y 12 de mujeres. En las actas de matrimonio ya no se asienta que se les declara marido y mujer, sino personas en matrimonio. Las opciones en el acta son: el y el, ella y ella y él y ella.

Viva la diferencia.

2 comentarios:

Miyita dijo...

Pues como digo yo ¡piña! que se rasquen si les pica y si les duele se soben bien. Derechos son derchos, humanos somos todos, no se puede marginar a un ser humano nada más que por que no nos gusta con quien se acuesta sobre todo, cuando no viola la ley. Esos infelices, pacatos, retorcidos, con sotana y sin ella metidos a discipulos de Jesús (pobre Jesús, que culpa tiene) que se aguanten. Los felicito Mexico por hacer valer los derechos de los humanos. Abrazos muchos.

el güilo dijo...

Muchas gracias por tu comentario lleno de solidaridad, Miyita, de algún modo estamos a la cabeza de un movimiento liberador de grandes dimensiones. Esperemos que los señores jueces no confundan toga con sotana. Abrazos