viernes, 22 de enero de 2010

HAITÍ, TRAGEDIA E INVASIÓN


En plena tragedia del pueblo de Haití se ha abierto una polémica por la intrusión del ejército yanqui so pretexto de brindar ayuda. Hay quienes opinan que la presencia de los marines ayudará a restablecer el orden social después de la catástrofe y su presencia no conlleva intención política alguna. Habemos los que pensamos que el gobierno de los EU está editando su dominio sobre los habitantes de la isla más grande de ese archipiélago antillano, La Española.

La tragedia humana que se vive hoy en Haití es inefable, espantosa por la destrucción física del país y la terrible pérdida de vidas humanas. No hay cálculo confiable aún sobre los alcances de tal devastación. No hay ayuda humanitaria que salga sobrando, no tenemos idea del tiempo que tomará restablecer la vida social y política en la República de Haití. Las imágenes que circulan en los medios de comunicación son, en ocasiones, obscenas.

Pero de esto a que los gringos presten ayuda humanitaria hay una enorme distancia. El gobierno yanqui ha martirizado a Haití prácticamente desde el momento mismo de su independencia de Francia. Los Estados Unidos ocuparon personalmente Haití desde 1915 hasta 1934. En 1957 impusieron a Papá Doc, simpático eufemismo de un feroz dictador, Francois Duvalier quien en 1964 se proclamó presidente vitalicio y en 1971 entroniza a su hijo Jean-Claude -sutilmente llamado Baby Doc- quien se mantiene en el poder hasta 1986, cuando los militares lo exilian del país. De esos años hasta 2004 los golpes de estado, las asonadas y revueltas dieron paso a cuatro presidentes más hasta que finalmente la ONU interviene la isla y en 2006 aparece René Préval, un verdadero cero a la izquierda en términos políticos, que hoy confiesa haber pedido la intervención gringa después del terremoto.

Los gringos no dan paso sin huarache, así nos lo hizo saber John Foster Dulles, Secretario de Estado con Eisenhower: "Los Estados Unidos no tienen amigos sino intereses". Con decir que hasta el día de hoy, los yanquis mantienen control sobre la Isla Navaza, totalmente deshabitada y parte del territorio de Haití. Se mantienen allí como lo hacen en Guantánamo, violando las elementales normas del derecho internacional. Vigilan eternamente lo que consideran su patio trasero, América Latina y el Caribe.

No nos confundamos en cuanto a los propósitos declarados de los gringos.

Ayuda humanitaria verdadera, genuina, legítima, eficaz, desinteresada, es la que brindó la Brigada de Rescate Topos de Tlatelolco, A.C., surgida en 1985 ante el pasmo y la indolencia absolutas del gobierno mexicano después del terremoto de ese año. En la imagen aparecen los Topos sacando de los escombros de la catedral de Puerto Príncipe a una anciana de 70 años que tenía 7 días enterrada. Suspendieron sus labores porque la soldadesca yanqui ordenó desalojar la isla, en otro gesto de humanidad suponemos.

Porque en lo que al gobierno de México se refiere ha sido una verdadera vergüenza su actuación. Se habla de barcos que van y vienen con ayuda alimentaria, pero es la hora que el personal de la embajada en Haití no puede informarnos de los mexicanos que aún permanecen desaparecidos, les ha resultado más fácil darlos por muertos, con el dolor que esto provoca a sus familiares.

Sea por Dios y venga más.

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