sábado, 30 de enero de 2010

APRESTAD EL BRIDÓN


El Presidente se pasea hoy por Davos. El pasado año disfrutó enormemente, junto a la montaña nevada, una plática en inglés con Ernesto Zedillo y el gordito que hoy es el Gobernador del Banco de México. Soñando ser muy versados todos en el tema económico, hicieron gala de sus pronósticos enanos sobre el futuro de la economía mexicana, el gordito repitió su diagnóstico viral sobre el catarrito, Zedillo elogió a Calderón por su miopía extrema y El Chapo suspiró diciendo que tenía el mejor equipo económico del mundo. ¡Qué tal y fuera malo el equipito ese!

Igual que ayer, hoy El Breve mantiene un discurso lineal y vacío en Suiza, no le importan las carcajadas que concita su discordante presencia. Mientras Lula da Silva es ovacionado en Davos por su liderazgo internacional, El Presidente se dedica vergonzantemente a pizcar migajas, ofreciendo al mejor postor lo que no tiene: el petróleo de los mexicanos; haciendo críticas de acordeón sobre el proteccionismo económico de los países desarrollados. Clama, predica ininteligiblemente, por una práctica más intensa que haga frente al deterioro ambiental provocado por los gases de efecto invernadero, como anzuelo para promocionar su emblemático proyecto Fondo Verde, que para efectos prácticos es una bandera que, en su cabecita loca, conovocaría cuantiosas inversiones de los países centroamericanos.

En casa, Calderón igualmente desperdicia nuestro dinero en ensoñaciones políticas muy parecidas. De nuevo usa la mentira, que de tan universalmente repetida se acerca a la verdad: La crisis económica tocó fondo y va de salida; somos el país líder en el rescate de Haití; salvamos al mundo de la influenza; crearemos 600 mil empleos en 2010; primero los pobres; cuán importante es la participación ciudadana; el enorme crecimiento de la inversión extranjera, y linduras parecidas.

No es posible que Calderón diga tanto disparate, con tanta frecuencia y tan aberrantemente equivocados si motivo alguno. Lo impulsa, después de la atroz paliza electoral de julio del año pasado, la necesidad de no ser el último Presidente de la República panista durante los primeros cincuenta años del siglo que corre.

Asombra saberlo y perturba no entenderlo. Para mi gusto, El Presidente está haciendo lo único que aprendió del quehacer político, ser pregonero de su propia figura, andar en perenne campaña electoral. De mañana, frente al espejo, en la soledad más sola, El Breve enfrenta su día y su vocación mientras la panza le gruñe, a veces por cruda, a ratos por hambre y hace recuento: cuánto más sencillo pensar en cómo trabar a López Obrador en su decidida campaña contra el gobierno panista, que asumir su deber constitucional frente a la ingominiosa ingerencia gringa en la política del país; cuánto más fácil ondear la banderita de salida de un buque con ayuda a Haití que decretar una moratoria a la sangría al IPAB-Fobaproa que libere las finanzas públicas; lo urgente ahora es acosar a los gordos, al cabo Carstens ya está fuera del gabinete.


El Breve nunca ha sido presidente de nada, no tiene el control de Los Pinos, menos de la agenda de la política nacional.

Cuenta, en su cruzada por la gubernaturas que se disputan, con el apoyo de las fuerzas armadas en primer lugar, está también de su lado una buena parte de El Yunque, organización semiclandestina de ultraderecha y brazo armado del PAN, tiene el apoyo por aclamación de la iglesia católica que se encuentra en el punto más alto de su lucha contra el Estado laico, y visiblemente resulta favorecido por los resultados de su guerra antinarco, no es casualidad que sólo caigan los cabecillas deseados mientras el otro Chapo, el Guzmán, sigue en Forbes. Pero la fuerza más ingente y peligrosa que lo sostiene es el gobierno de los Estados Unidos, quien profesa abiertamente su beneplácito por los destrozos que causa el ejército en las calles. Con oficina abierta en la Cd. de México, la DEA y el FBI son ya voceros oficiosos del río revuelto que han embravecido desde el desborde militar.

No están aquí los gringos por la oscura Iniciativa Mérida, están atentos a que la inoperancia del gobierno mexicano no derive en un movimiento social que vaya más allá de los figurines que, risiblemente, disputan ya la candidatura presidencial de 2012. Así están en Colombia, así operan en Honduras (tampoco es casualidad que Uribe sea el primer mandatario latinoamericano en visitar a Lobo). Si Henry Lane Wilson suscribió con Victoriano Huerta El Pacto de la Embajada que culminó en la deposición y muerte de Madero y de Pino Suárez, ¿qué no podrá hacer Carlos Pascual con Felipe Calderón? Imposible desestimar a tan temibles huéspedes.

Es hora de que los ciudadanos tomemos decisiones firmes ante esta embestida cuyo final es impensable. No olvidemos que la ultraderecha no gana, arrebata. Aiga sido como aiga sido es la consigna que los guía. No se trata ya solamente de la silla presidencial sino del futuro de nuestro país por los siguientes 25 años, y miremos que venimos llegando de tres décadas de atraso sostenido. Calderón y sus aliados harán lo necesario, así sea desaparecer poderes de la nación, con tal de mantenerse en el poder.

No perdamos más tiempo, vamos por la izquierda y el movimiento ciudadano de rescate de la Nación.

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