miércoles, 21 de octubre de 2009

LA CUEVA DE LOS 500 LADRONES


Ayer aprobaron los diputados federales la propuesta fiscal de El Presidente. Puntos porcentuales más, puntos menos, todos los aumentos sugeridos por la mal hacienda caerán sobre los mexicanos en unos meses más y en el ínterin los precios se ajustarán al alza conforme el humor y desmesura de los distribuidores de productos, con la consecuente inlación. Fue una votación vergonzante para los partidos de izquierda, excepto por algunos diputados que protestaron y tomaron la tribuna en un afán más meritorio que eficaz por impedir el atraco. El mayor partido de izquierda, el PRD, votó sin rubor alguno aumentar el costo de la vida en momentos de una crisis económica feroz. Luego dirán que no tienen de qué avergonzarse y que duermen como bebés, como dormía El Chapo Bours, ex gobernador de Sonora, a los días de la tragedia de la guardería ABC, donde 49 niños murieron calcinados por negligencia gubernamental. O bien repetirán lo que su patrón acostumbra decir en momentos como éste: tengo la conciencia tranquila. Así son los asesinos seriales, señaló mi amigo Jorge en su Antropolítica, tranquilos y con buen sueño.

No hubo explicación alguna hacia los ciudadanos sobre las razones para que los diputados, recién electos, votaran como lo hicieron. Será que no existe explicación plausible –creo que ni posible- que siquiera intentara justificar este acto de traición a la patria. Traición por partida doble, diría Fray Luca Pacioli, pues el incremento en los impuestos agrava la situación de pobreza creciente que padece más de la mitad de los mexicanos y al mismo tiempo es un factor que inhibe el crecimiento económico al deprimir la demanda. Fue un sencillo y expedito acuerdo entre el PAN y el PRI, cuyos resultados son los que cualquier acuerdo oportunista entre dos partidos de derecha puede ofrecer, deteriorar más al país. ¿Por qué el IVA sube a 16% y no a 17? ¿Y el ISR a 30 y no 29? Nomás. En alguna cifra había que dejarlo. Así son los acuerdos camarales, así siempre lo han sido, remedos de discusión con soluciones ya zurcidas en otros rincones y con incentivos muy ajenos al bienestar de la nación. Y el PRD hundiéndose en su propia arena movediza, un partido parlante, declarativo y sumiso al poder.

Los ciudadanos estamos inermes, altamente vulnerables a las decisiones de quienes dicen representarnos. Vivimos una desigual lucha de intereses (algún día recobraremos la cordura y le llamaremos de nuevo lucha de clases), un puñado de hombres de negocio, asociado con muchos políticos venales (vendibles o expuestos a la venta, que se dejan sobornar con dádivas, dice la RAE) tienen sometido al resto de los ciudadanos a una rapiña generalizada, insaciable y sin ley, en la que el Congreso de la Unión funciona como una oficina de trámites. No han pasado 15 días desde que Calderón anunció que las empresas constructoras recibirían financiamiento de los fondos de retiro de los trabajadores mediante acciones en la bolsa de valores, y ya lo está haciendo, a pesar de que es una decisión que debe avalar el Congreso. La semana pasada un diputado del PT propuso anular el decreto calderonista de extinguir la Compañía de Luz y Fuerza, por ser ésta una decisión correspondiente al Congreso, y más rápido que Kalimán el pleno de los diputados rehusó ejercer su derecho y apoyó el despido de 44 mil trabajadores. Con representantes de esta calaña sobrellevamos la vida diaria, de por sí azuzados y asustados por el incesante ladrar de los lectores de noticias en los grandes canales televisivos.

El reciente asalto militar a las instalaciones de Luz y Fuerza y la pretendida desaparición del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) muestra a propios y extraños las alucinaciones de El Presidente y su manicomio. Acciones opuestas francamente a la convivencia civil y desde luego a la Constitución exhiben de nuevo la débil cohesión social que transitamos. Desde que Felipe El Breve asumió el poder, entrando por la puerta trasera del recinto legislativo en 2006, los mexicanos no podemos reconciliarnos y vivimos con encono distintas visiones de país. Pasadas las primeras horas del despojo a Luz y Fuerza una gran cantidad de ciudadanos aplaudió la decisión que se nos presentó como un acto de valentía frente al supuesto derroche de recursos que significaba el SME operando la empresa. Pero pasados los días se ha ido esclareciendo que Calderón actuó con dolo contra los trabajadores, que los privilegios que achacó a los sindicalistas no son tales, que las fallas del servicio y de la administración corresponden más al propio gobierno, que los pobres le importan un bledo (por eso no ha chistado ahora que su 2% fiscal no pasó), que lo que anhela es cumplirle a sus amigos de negocios entregándoles 1,100 km de fibra óptica a 6 mil millones de dólares el paquetito. ¡Qué pues! ¿Alguien sigue creyendo lo contrario? Segmentos importantes de la clase media apoyarán sin reservas la política de la derecha, viven el pánico eterno a las transformaciones del progreso que puedan alterar sus aspiraciones de subir en la escalera social.

El callejón se estrecha más cada día y al final de este túnel puede aguardar la represión.

Vámonos a la movilización con López Obrador el próximo lunes 26.

2 comentarios:

Miyita dijo...

Seguir encontrando lugares comunes tan tristes me da cosa. Nuestros gobernantes son de manicomio (el mio toma litio o seguramente algo un poquitín más caro y de marca pero en fin) por allí oí a una congresista peruana decir que nos merecemos los gobernantes que tenemos porque los hemos elegido, yo me estoy preguntando si tenemos que ser videntes o leer entre líneas o más bien debemos se psiquiatras para poder ver mas allá de lo evidente como decia Leono, nada... busquemos una bola de cristal esto nos dará mejor resultado. Abrazos y besos muchos querido Gûilo

el güilo dijo...

Hola Miyita, por esa y otras razones el pasado 6 de julio anulé mi voto para los legisladores y representantes delegacionales del DF. No es posible seguir convalidando tanta sinrazón. No hay mejor arma contra estos desvergonzados que la movilización social, que por fortuna aquí se está desatando a raíz del despojo a los electricistas del SME. Abrazos muchos.