domingo, 11 de octubre de 2009

ALBAZO


Guardando fidelidad a su estilo de mandar, Felipe Calderón, alias El Presidente, asaltó militarmente la media noche de ayer las instalaciones de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y unos minutos después publicó el decreto que extingue la empresa y liquida a los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Calderón argumenta que la empresa ya era muy costosa para los mexicanos, que era muy ineficiente y su servicio era malo. No se requiere ninguna agudeza intelectual para advertir que tales atributos pueden adjudicarse a la mayoría de las empresas -públicas o privadas- del país y especialmente al grupo de amistades que conforma el gabinete federal, por lo que las intenciones de El Presidente seguramente son otras.

Vivimos un momento especialmente difícil y de gran inestabilidad social. La violencia del crimen organizado (concepto que incluye a los funcionarios y policías corruptos) está llegando a límites desconocidos (el viernes se acumularon 142 ejecuciones en escenarios de carnicería), la ingerencia de la iniciativa privada y del clero católico en la vida pública es de un alcance nunca visto, los niveles de desempeño económico son los peores en la última década, los pobres se acumulan por millones al año y la riqueza se concentra con impunidad obscena, la sociedad gritó en julio pasado su repudio a Calderón en las urnas, prácticamente nadie acepta la propuesta presupuestal presentada por el ejecutivo al Congreso y el escenario de vida de los mexicanos es uno de los peores del mundo. En esta situación de extrema precariedad el gobierno apuesta al atropello, niega cualquier diálogo, sobrevive gracias al apoyo militar y se asume como el gran provocador, combatiendo el incendio con gasolina. Bien lo señala mi hijo Enrique, a cien años de la Revolución las condiciones que la generaron son las mismas.

El paquete completo del golpe militar al SME incluye: privatizar la empresa, apretar más el yugo a los trabajadores sindicalizados, cubrir con humo el desastre nacional -agravándolo- y pagar costos a quienes pusieron en la silla a El Presidente. Porque económicamente, en un entorno de escasez grave de recursos, el chistecito de la liquidación costará a los contribuyentes mas de 20 mil millones de pesos y sólo rematando la empresa a los privados se podrá presumir alguna compensación. Aunque nadie en sus cabales compraría una empresa tan mala, a menos que no lo sea tanto y todo sea otra mentira de El Breve.

Nada de lo emprendido por el actual gobierno federal ha tenido el menor éxito, no hay razón alguna para esperar que este albazo militar lo alcance. Luz y Fuerza surte de electricidad al corazón económico del país y a doce horas del asalto se desconoce quién dirigirá tal complejo, cómo se administrará y cuánto durará la excepcional situación que los hígados gubernamentales han creado. No olvidemos que este escenario de liquidación se lo plantearon Carlos Salinas y Vicente Fox, y ni la habilidad política de uno o el voluntarismo rascuache del otro pudieron concretar nada. No debemos esperar otro desenlace -no se nos ha mostrado uno distinto- que no sea la ilegalidad, la inconstitucionalidad, la violencia oficial, el aplastamiento de los derechos humanos y sociales y la profundización de la crisis social que se extiende rápidamente en la nación. Lo inmediato es la respuesta de los electricistas y del resto del sindicalismo charro que vería en lo ocurrido filosas tijeras contra toda barba mal puesta.

Abrigo la ingenua esperanza de ver abrirse una etapa de movilización ciudadana que ponga un hasta aquí a la extinción del país decretada a oscuras por el grupo en el poder. Todos tenemos motivos de irritación y descontento, muchos desearíamos ver enmedio de una gran marcha una pancarta que dijera "Fuera Calderón".

Soñemos con las manos pues.


2 comentarios:

Isha dijo...

leyendo este artículo escuchaba el 4 % que quiere subir calderon por el uso de telefonía, me recordo a un Porfirio Díaz cobrando impuesto por cada ventana en las casas.., lo que no entiendo y no es que apoye a un sindicalismo charro, pero no entiendo porque hay gente que le cree a Calderón? porque le aplaude cuando viola derechos sociales? porque si según él respeta la autonomía de los sindicatos, como es entonces que a su aliada Gordillo la respeta?? definitivamente tendre que leer, analizar para comprender muchas cosas en mi país...

el güilo dijo...

Isha, de 2006 hacia hoy la sociedad mexicana polariza cada vez más sus posturas, el arribo ilegítimo de Calderón ha creado infinitas divisiones entre nosotros, los polos dominantes son desde luego la izquierda y la derecha, la izquierda maltrecha y la derecha en el poder. Los comentarios que alaban al poder nacen de la mala fe o de plano de la ignorancia, la pobre izquierda es incapaz de crear en la sociedad otra visión alterna a la del poder. Algo así está pasando. Salud