miércoles, 17 de junio de 2009

De candidaturas

Un político llega a un pueblito de provincia, se sube a un cajón y empieza su discurso:

--¡Compatriotas, compañeros, amigos! Nos encontramos aquí convocados, reunidos o arrejuntados para debatir, tratar o discutir el tópico, tema o asunto trascendente: mi postulación, aspiración o candidatura a la alcaldía de este municipio.

Alguien del público alza la mano.

--Señor candidato, ¿por qué utiliza usted tres palabras para decir lo mismo?

--Pues mire, caballero: la primera palabra es para las personas de alto nivel cultural, como poetas, escritores y filósofos. La segunda es para personas de nivel cultural medio, como usted y la mayoría de los que están aquí hoy. Y la tercer palabra es para las personas de nivel cultural bajo, como por ejemplo ese borracho que está allí, tirado en la esquina.

De súbito, el borracho se levanta y le dice:

--Postulante, aspirante o candidato: el hecho, circunstancia o razón de que me encuentre en estado etílico, borracho o pedo, no quiere decir, implica o significa que mi nivel cultural sea ínfimo, bajo o jodido. Y con todo el respeto, estima o cariño que usted se merece, puede ir agrupando, reuniendo o arrejuntando sus bártulos, efectos o cachivaches, y encaminarse, irse o dirigirse a la madre que lo llevó en su seno, la progenitora de sus días, o la puta que lo parió.

2 comentarios:

lauruguacha dijo...

Juaaa, guenazzzoooo!!!

Miyita dijo...

Ya se como debemos responderles a los candidatos en las siguientes elecciones siiiiiiiiii. Un abrazo.