viernes, 3 de abril de 2009

De las frustraciones

Frustración: 1.- Imposibilidad de satisfacer una necesidad física o un deseo. 2.- Sentimiento de tristeza o dolor que provoca esta imposibilidad.

Dícese de las frustraciones que cuando hay un impulso, un deseo, y la persona no es capaz de satisfacerlo, aparece entonces lo que en Psicología se llama frustración. Que se manifiesta como un estado de vació o de anhelo insaciado.

El proceso de madurez no es más que una larga carrera de obstáculos. A lo largo del desarrollo vital nos encontramos con numerosas barreras que impiden o dificultan la realización de nuestros deseos e impulsos.

La auténtica madurez se consigue cuando asumimos nuestras limitaciones. Cuando sabemos convivir con las frustraciones producidas ante acontecimientos insuperables. Cuando nuestras metas y objetivos se asientan sobre un plano real, relegando nuestras fantasías al campo de la ensoñación, sabiendo en todo momento que no somos dioses ni superhombres.

Muchos problemas vienen del mundo de las frustraciones que desencaden en las personas comportamientos agresivos tanto hacia el exterior como hacia el interior, transformando al individuo en un ser antisocial o autodestructivo.

Una persona puede sufrir heridas psíquicas como consecuencia de un acontecimiento o situación que influye de forma negativa en su vida. Algunos acontecimientos de la vida pueden marcarnos de manera decisiva ya sea por la intensidad de ese acontecimiento ya sea porque se trata de alguien psicológicamente débil.

Por ejemplo, un desengaño amoroso puede hacer que una persona cambie de actitud respecto a las personas del sexo opuesto, puede producirse un distanciamiento afectivo o cierta desconfianza a la hora de plantearse la posibilidad de una nueva relación de pareja.

Los traumas pueden producirse a cualquier edad, aunque quizá la edad más frecuente sea la infancia y la juventud ya que son los periodos en los que personalidad no se ha configurado aún y cualquier acontecimiento puede influir de forma más decisiva.

Tampoco hay que pensar que determinados acontecimientos, como agresiones, humillaciones, abandono o pérdida, producen traumas de manera inevitable. La misma situación, puede influir de manera diferente en dos personas. Por ejemplo un suspenso puede motivar a un muchacho para estudiar más o cambiar su método de estudio, y puede también desmotivar por completo a otro que pierde la confianza en su capacidad para conseguir cosas por sí mismo.

De una experiencia dolorosa, unas personas aprenden, reflexionan y obtienen conclusiones positivas que les hacen por ejemplo más flexibles, tolerantes e incluso fuertes. Otras, sin embargo, se hunden y no ven salida.

En mi experiencia, cada frustración ha sido un reto en mi vida para cambiar y ser positivo. Se dice que la auténtica madurez se consigue cuando asumimos nuestras limitaciones. Eso quiere decir que no soy lo suficientemente maduro a mi edad. Entonces yo me pregunto, hay una edad para la madurez?

Lo único que deseo es que esta frustración que creía superada me sirva para aprender, reflexionar y llegar a conclusiones positivas que me permitan un mejor mañana. Pero por lo pronto, ya búsquense otro puerquito, no?

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