Los mineros de Cananea, Sonora, están en huelga desde hace más de 20 meses. Los patrones han hecho lo imposible por romper la huelga por métodos varios y conocidos, las declaratorias de inexistencia, las amenazas de despidos, los sobornos. Finalmente, con la santísima anuencia del secretario del trabajo, hace días el gobierno decidió dar por terminadas las relaciones laborales entre el sindicato minero y los patrones, lo que equivale a apagar un avión en pleno vuelo. Mientras la huelga exista la relación laboral se mantiene, al menos así lo dice la ley, aunque al gobierno federal le duela. Están apostados en esa ciudad norteña, cuna de la revolución mexicana, una flotilla de agentes federales esperando órdenes para desalojar a los mineros, ayer mismo se apostó en una de las entradas a la mina un piquete de soldados, estas acciones son tan descabelladas como casi todo lo hecho por el calderonismo ramplón que nos sofoca, de seguir así tendremos un baño de sangre de proporciones mayores a las alcanzadas en Atenco contra los comuneros que se opusieron a vender sus tierras para un nuevo aeropuerto en el sexenio de Fox. Ayer, el líder de la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador, acompañado de 17 senadores de la República acompañaron a los trabajadores en su lucha. La huelga continúa.
Viva Cananea, cabrones.
El Fisgón, La Jornada
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