domingo, 8 de febrero de 2009

¡FUERA CALDERÓN!


En el mismo recinto donde el enviado del Vaticano fustigó sin clemencia hace unas semanas al Estado mexicano, por su laicismo -escrito por lo menos- y a la sociedad por su alejamiento del dogma católico, el pasado 5 de febrero El Presidente Calderón dedicó un extenso y similar sermón a instruirnos sobre los modos de maquillar la grave situación de nuestro país y abandonar las visiones catastrofistas de los que desean ver a México postrado y desvalido. ¿Qué mexicano en sus cinco sentidos disfrutará tan perverso deseo?

Digamos que ya estamos acostumbrados a los excesos verbales de quien cobra en la presidencia, siempre fuera de tono y de tema, no es ocioso recordar que habla en automático: abre la boca y mete la pata. Sólo que en esta ocasión la respuesta a su histeria pueril fue contundente y de gran peligro para nuestro país. Ese mismo día nuestra moneda rasguñó los 15 pesos por dólar, un récord histórico, lo que disparó un chorro de dólares a la economía, primero bajo la forma de subasta del Banco de México y posteriormente bajo el nuevo mecanismo de entrega directa de divisas a las empresas demandantes, cuya presión sobre el peso se origina en las deudas casi impagables que los empresarios asumieron mientras especulaban contra el país y en el fundado temor de que la crisis discurra por caminos peores de los transitados hasta hoy.

Claro, El Chapo Calderón se refería a perodistas, analistas, partidos de oposición, críticos y demás mexicanos que con tres dedos de frente nos ha bastado para entender que en lo sustantivo nuestro país está en un pozo, sin posibilidad a la vista de salir entero. El regaño fue parte del arranque de su campaña electoral, que se concretó en Campeche, donde abrió fuego contra PRI y PRD y se confesó dolido de no haber sacado la reforma petrolera privatizadora. Por ello la arenga de El Presidente no la escucharon quienes son el verdadero peligro para México, los dueños del capital y del poder.

Es así que las dos mayores televisoras del país nos ofrecieron el repetido espectáculo de burlarse de los ciudadanos, de las leyes, de la Constitución y desde luego del propio Calderón y su risible gabinete. Televisa y TV Azteca interrumpieron el Súper Tazón para transmitir, fuera del horario asignado, mensajes del IFE y de los partidos políticos, buscando el encono ciudadano contra las instituciones electorales, justo cuando las precampañas 2009 deben iniciarse. El gobierno, más allá de los golpecitos de atril de El Ejecutivo, parece no ver ni escuchar las afrentas de estos poderes. En un estado de catatonia política, la respuesta a la evidente provocación se ha limitado a pedir explicaciones (de algo que está a la vista) y abrir mesas de concertación con las televisoras, como si la Constitución estuviera sujeta a negociación.

Lo cierto es que la crisis económica es inocultable y sus alcances son aún desconocidos. Lo cierto es que mientras tras el velo de las elecciones parece ocultarlo todo, las muertes del narco suben en número y tono, crispando los nervios de todos. Lo que da temor es la total incapacidad de los que ocupan los principales puestos de gobierno para conducir el país. Lo que agota la paciencia es la abierta complacencia de estos oscuros personajes hacia los descalabros que nos impone una clase patronal igualmente incapaz de empresa alguna. Lo que harta es el engaño diario al pueblo de aquellos que en vez de gobernar se reunen a mirarse el ombligo mientras vamos al barranco.

Nunca será más oportuno plantearse la remoción de Calderón aunque nunca será también más una ilusión, aunque una vida sin ilusiones no es vida.

1 comentario:

lauruguacha dijo...

Te decía, guilo querido ( y no se hacia donde carajo se me fue el comentario) que rezongues pero hasta el límite de la buena salud porque mientras los ciudadanos pensantes nos hacemos mala sangre los gobernantes se defecan en nosotros. Impotencia le dicen...