jueves, 22 de enero de 2009

QUE NO LE DIGAN, QUE NO LE CUENTEN

Para poner los pies en la tierra, los dineros a resguardo y evitarnos mayores descalabros.

Artículo publicado hoy en El Universal

Rogelio Ramírez de la O

¿Sólo seis meses de recesión?

Por alguna razón los organismos empresariales están pronosticando que la recesión que hoy sufre México sólo será aguda por seis meses y en el segundo semestre las cosas mejorarán. No es claro por qué los organismos se comprometen con algo tan irrealista.
La crisis estadounidense seguirá marcando la pauta de esta recesión en México, y en Estados Unidos aún falta mucho por empeorar. De ahí que Bank of America, que apenas el 1 de enero selló el acuerdo con su gobierno para absorber a Merrill Lynch condicionado a apoyo gubernamental de 25 mil millones de dólares, ahora menciona querer deshacer esta operación al asustarse por las enormes pérdidas de Merrill. Y solicita al gobierno otros 15 mil millones. Merrill Lynch es por cierto el banco que calificó la economía de México como más sólida que la de Japón, Inglaterra o Brasil.
Tanto este banco como Citigroup y otros se encaminan a una segunda ronda de pérdidas, en realidad una segunda bancarrota, pues la economía real ya comenzó a golpear sus balances no sólo con hipotecas, sino con otros créditos.
Las pérdidas que faltan son enormes:
—quiebras de municipios, golpeados por la caída de recaudación y las pérdidas de ingreso de sus contribuyentes;
—falta de pago de hipotecas hasta hace poco de bajo riesgo;
—quiebra de proyectos de bienes comerciales y desarrollos urbanos;
—quiebras corporativas, en especial las que compraron a otras empresas a precios altos con mucha deuda durante 2006-2007;
—quiebra de más bancos;
—caída de utilidades de empresas activando opciones de seguro contra riesgo de pago en un mercado de dichas opciones de 30 billones de dólares (más de dos veces el PIB de EU).
Y en el resto del mundo:
—riesgos para los bancos europeos en economías de Europa del este;
—estallamiento de burbuja de vivienda en Irlanda y España, con grandes costos fiscales;
—la burbuja de sobreinversión en China, con gran exceso de capacidad y alto desempleo;
—otras burbujas en países del Medio Oriente, especialmente en bienes raíces;
—retiros masivos de los fondos de cobertura, tenedores importantes de acciones y bonos.
El programa económico del presidente Obama no podrá impedir que esta recesión se profundice. Pronto veremos que los 825 mil millones de gasto para dos años son insuficientes.
Con mucha mayor razón las políticas monetaria y fiscal en México no pueden generar una recuperación ni siquiera en 2010. El Banco de México ya comenzó a reducir las tasas de interés y eso está bien. Sin embargo, tendría que tolerar más inflación pues la depreciación del peso va a empujarla.
En cuanto a la política fiscal, es fácil decir para algunos que nuestro déficit fiscal debe aumentar a 5% del PIB para acomodar más gasto público, pero no es realista. La razón es que no habrá financiamiento internacional para este monto. Tanto Estados Unidos como los países europeos van a inundar el mercado con sus emisiones de bonos, tan sólo el primero por cuando menos 2 billones de dólares (más de dos veces el PIB de México).
La única forma hoy factible de utilizar la política fiscal constructivamente es con un poco más de gasto público bien direccionado, pero sobre todo reasignando el gasto burocrático a inversión, vivienda, apoyos a empresas y empleos, y programas sociales. Cuando menos 10% de ese gasto es hoy dispendioso o improductivo en algún grado. El gobierno podría tener 300 mil millones de pesos tan sólo por esta vía. Esto es lo que los organismos empresariales deberían estarle pidiendo que hiciera, antes que pronósticos.

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