Lo que parece pasar inadvertido en estas reiteradas decapitaciones en la SSP y la PGR, es el hecho que ningún funcionario o espía o empleado del narco ha sido alcanzado como resultado de investigación alguna. La inteligencia -en cualquiera de sus acepciones- está negada al grupo de El Presidente, lo que se ha logrado tiene como base el "pitazo" y no el seguimiento de ninguna línea de investigación. Así encarcelaron a los terroristas de Morelia, así tienen protegido a "Felipe" (seudónimo más atinado posible no podría encontrarse) el denunciante del ex secretario particular del capo García Luna, así encontraron a los policías mexiquenses que apoyaron la masacre de La Marquesa.
Lo anterior nos llevaría a suponer que las mismas bandas de delincuentes se denuncian entre sí y las "autoridades" nomás levantan el teléfono. El siguiente supuesto es que se están pagando millonadas por las denuncias, dada la instrucción de recompensar hasta con 10 millones de pesos una denuncia exitosa. Si estos supuestos fueran ciertos entonces el gobierno federal estaría canalizando esos millones a las mismas bandas que dice extinguir. ¡Qué va!
En tanto se hace algo por resolver el problema, los muertos en el país suman más de cuatro mil y la cifra se abulta diariamente. ¿Hasta cuándo estará el delincuente más visible del Gabinete en su puesto de Secretario? Quizá hasta que los mandos militares no soporten mayores injurias.
Porque Calderón ya habló: si no fuera probo y recto no estaría allí (háyase entendido como se haya entendido, quien haya podido hacerlo).
Con agradecimientos a Helioflores y El Universal.
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