viernes, 7 de noviembre de 2008

EL BOMBÓN DE BUCARELI




Dos asuntos incomodan a muchos ciudadanos en estos momentos y muy especialmente a quien esto escribe. Muchos temas inquietan o estremecen, pero dos causan escozor. La primera es la insistencia necia sobre las causas del avionazo donde murieron 14 personas, contadas hasta hoy, incluido JC Mouriño. Se insiste en que fue un accidente. Lo dice cuanto burócrata tiene acceso a un micrófono. Nos repiten todos lo mismo: no se puede saber qué sucedió hasta que terminen las investigaciones, pero en tan por mientras se toma como accidente. Y van más lejos, dicen que los que opinemos que no fue accidente estamos creando confusión y caos en la opinión pública, incluso se sataniza cualquier opinión en contra de la versión accidente, casi es traición a la patria pensar que hubo otras causas.

Luis Téllez, gris secretario de Comunicaciones y Transportes puso la plana. La noche de la tragedia esbozó lo que aún es la “teoría” básica del gobierno federal: como el avión no se desintegró en el aire y se nos dice que cayó entero, entonces no se desplomó como resultado de una explosión o avería previa. Nadie ha dicho una versión más acabada ni más infantil. Y todos la repiten sin empacho. Ya pusieron la tecnología al servicio de la confusión, ya se interrogó a los controladores aéreos y se publicó esa imagen que publicamos hace unos días, donde se supone se muestra la pérdida de la nave en el radar del AICM, y lo sorprendente es que el controlador responsable de llevar a buen término el aterrizaje está.. ¡de vacaciones! Los que sí están muy presentes son los investigadores extranjeros (faltaba más, doña Kessel habrá dicho que los ingenieros mexicanos saben de aeronáutica lo que ella de energía), gringos e ingleses y de ello se espera un veredicto inapelable. Muchos pensamos que el ex funcionario fue ejecutado y esperamos con cierta paciencia una explicación plausible de lo sucedido.

Hay quienes se salen del carril y en su afán desinformativo recrean la versión que nadie menciona, la de un posible sabotaje con explosivos. Acabo de leer a un tal Ricardo Nájera de las Pitas, de la PGR, delegado en el DF, señalando que “de acuerdo a las primeras investigaciones no se encontraron ningún tipo de sustancias que pudieran demostrar que el avión tuvo una explosión previa al accidente” (uno se pregunta si acaso habrá segundas investigaciones). ¿Cuántas autoridades tendrán que decir cuántas barbaridades y hasta cuándo terminaremos con estas simulaciones? Siguen los calderonistas sin entender que no les creemos ni lo que se comen (en especial a Carstens), que han sido tantas las afrentas y mentiras y con tan terribles resultados para el país que les urge volver prístina cada palabra que sueltan, antes que otros demonios se suelten.

El otro tema es el de la beatificación de JC Mouriño. Condolencias-a-los-familiares-y-deudos aparte, El Presidente está machacando públicamente virtudes que el difunto jamás mostró. Ni trabajó en reforma legislativa alguna (la energética la elaboró el grupo de intelectuales asesores del FAP) ni fue hombre honesto y mucho menos de ideales. La reforma petrolera presentada por Calderón, que es la que JC debió impulsar, le fue birlada de forma espectacular por la izquierda mexicana, la reforma de radio y televisión fue puesta en reversa por la Suprema Corte de la Nación, no existe reforma fiscal aún y las iniciativas de El Presidente sobre seguridad reposan en las arcas del Congreso. La honestidad del muerto lució cuando fue requerido para informar lo sucedido en Morelia ante los senadores, el ex titular de Gobernación se burló sistemáticamente de los representantes populares, mintiendo con el mismo fervor con el que Calderón oró en el Campo Marte frente a los féretros (quizá vacíos). Lo de los ideales es un asunto mayor, Mouriño Terrazo fue un empresario español que incursionó en labores políticas con el claro propósito de hacer negocios. Siempre fue reacio a cualquier negociación que no le redituara. Habiendo despreciado al EPR con un soberbio “no negociamos con terroristas”, tuvo que aceptar a la comisión de ciudadanos que intentaron una negociación entre este grupo y el gobierno federal pero que abandonó los esfuerzos pues las autoridades encabezadas por el españolito no les dieron ni los buenos días. JC realmente supo qué significaba el terrorismo el pasado 15 de septiembre. Calderón ha llegado a decir que a su amigo “se le calumnió”. Nada. Si se refiere a los negocios de la gasolina del sureste, AMLO lo encueró con los contratos que firmó mientras era diputado federal, cabeza de la Comisión de.. Energía, claro está. Siendo asesor de Calderón en Energía, la sangría al erario se volvió hemorragia. El propio empresario malogrado mostró, después de haberlo negado enfáticamente, los citados contratos y se acogió a la gracia presidencial, porque por ley debería haber sido enjuiciado. Días antes del avionazo el padre de Moriño empezó a ser investigado por lavado de dinero. Hijo de tigre, pintito pues.

Juan Camilo murió en su condición de delincuente, en forma violenta, como gustaba mostrar con soberbia su poder, a sangre y fuego. Paradójicamente su deceso fue más sanguinario que el de los decapitados o los empozolados o los simplemente amarrados y con un tiro en la frente, esos que no han mererecido ni nombre. Mouriño sencillamente desapareció de la faz de la tierra con la misma gloria con la que llegó, es decir con ninguna. Bueno, había que agregar que antes de ser político no era traidor a la patria, lo que no es gloria pero sí biografía.

Se fue el bombón de Bucareli, como le decían las panistas más serviles.

2 comentarios:

Miyita dijo...

Otro lugar común...
y bueno acá, todo finadito prácticamente es santo canonizado y está en las alturas a la derecha de dios padre (será una costumbre? o es que la gente piensa que a los finaditos se les perdona todos los pecados? o tendrán miedo que vaya el finadito a jalarles las patas?).
Algún día se sabrá que paso con el avión, dicen por allí que a la larga todo se sabe. Buen fin de semana Güillo, abrazos muchos.

el güilo dijo...

Se dice también que la chapuza nunca se logra.. salud Miyita